El diario es un escrito
personal en el que puede haber narrativa, descripción, relato de hechos,
incidentes, emociones, sentimientos, conflictos, observaciones, reacciones,
interpretaciones, reflexiones, pensamientos, hipótesis y explicaciones, entre
otros.
Es un subgénero de la biografía y en
concreto de la autobiografía. Se trata de un texto que, de manera fragmentaria
y con el registro de la fecha, suele destinarse a una lectura ulterior y
privada de quien lo confeccionó.
Si bien el diario íntimo está
escrito “para sí mismo”, con carácter secreto, puede decirse que goza de cierta
pretensión de trascendencia ya que también puede suceder que el mismo autor permita
su lectura o publicación en vida o de manera póstuma, por lo que ese “espacio
íntimo” dejaría “lo privado” para formar parte de “lo público”.
Los
primeros diarios aparecieron en el siglo XVIII como una necesidad de la
naciente burguesía por encontrar su lugar en la sociedad. En un principio los
diarios fueron crónicas familiares llevadas por pastores de la iglesia, reyes o
comerciantes adinerados, que consignaban acontecimientos de la familia (número
de hijos, casamientos, muertes), climáticos (en función de cosechas, siembras),
sociales; eran pragmáticos y útiles.
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